¿Y si lo que buscan las empresas no es lo que creíamos?: así sería el empleo en los próximos 5 años
Según el Foro Económico Mundial, se perderán 83 millones de empleos en el próximo lustro, pero también se crearán nuevas posiciones. Cuáles serán las habilidades más demandadas y por qué desafía la consideración mayoritaria. Infobae reunió a especialistas en empleo y educación a discutir el futuro del mercado laboral
Por Maximiliano Fernández
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Parece un giro irónico del destino. Habitamos -y sobre todo habitaremos- un planeta gobernado por la tecnología, con la inteligencia artificial como el motor de un futuro cada vez más próximo. Dentro de ese entorno digitalizado, el toque humano se convierte en el diferencial, en el valor agregado que el mercado laboral busca. Pensar más y mejor, usar la inteligencia podría ser el principal activo en un mundo de, valga la redundancia, inteligencia artificial.
Uno de los estudios más profundos del último tiempo es el que llevó adelante el Foro Económico Mundial. El Informe sobre el Futuro del Empleo 2023 analizó a fondo el impacto de la inteligencia artificial en el mercado laboral y las habilidades que se necesitarán en los próximos cinco años. El informe, que abarca 45 economías y 673 millones de trabajadores, concluyó que casi una cuarta parte de todos los empleos (23%) experimentará cambios significativos en este período.
De acuerdo al reporte, en el próximo lustro se crearán 69 millones de nuevos puestos de trabajo, pero también habrá una pérdida de 83 millones de posiciones, lo que generará una disminución neta de 14 millones de empleos; el 2% del empleo global actual. Los datos hablan de una transformación a gran escala que se avecina producto de la irrupción de la inteligencia artificial. Tanto trabajadores como empresas deberán adaptarse a una nueva realidad.
Martín De Simone, especialista en educación y empleo del Banco Mundial, advirtió en diálogo con Infobae: “Predecir el impacto exacto es complejo, ya que estamos en un momento en que la automatización tradicional se combina con la IA generativa. Mientras que la automatización tradicional solía afectar principalmente a trabajos de menor calificación, la IA generativa tiene un efecto más ambiguo, impactando tareas que requieren altos niveles de calificación, con consecuencias tanto positivas como negativas”.
Siempre se teorizó que los trabajos más reemplazables serían aquellos de baja calificación, que implican más bien tareas manuales. Sin embargo, a raíz del avance meteórico de la IA generativa, ahora muchas de las profesiones que están en riesgo son algunas de las que exigen alta formación, incluso entre ellas varias que se habían elevado como “las profesiones del futuro”, exentas a cualquier posibilidad de automatización. El ejemplo más emblemático, los programadores.
Para De Simone, los efectos de la IA generativa serán desiguales en diferentes sectores: “En general, la habilidad de trabajar con IA generativa -lo que algunos llaman la co-inteligencia- se volverá cada vez más relevante en diversos campos profesionales. Algunas profesiones, como editores y traductores, ya están experimentando impactos significativos. Pero mientras la manufactura tradicional se ve amenazada por la automatización, tecnologías como la impresión 3D están generando nuevas posibilidades para la producción personalizada y local”.
El vaso medio lleno, según el informe, es el crecimiento que registrarán sectores como la educación y la agricultura, donde se espera un aumento de 3 y 4 millones de empleos respectivamente. Estos incrementos estarán impulsados por factores demográficos y la aplicación de nuevas tecnologías. A su vez, la “transición verde” impulsará una fuerte demanda de trabajos vinculados a energías renovables y tecnologías sostenibles. Se prevé la creación de un millón de empleos en áreas como la ingeniería de energías renovables, especialistas en sostenibilidad y protección medioambiental.
Aún no está claro cómo será la convivencia de tareas entre humanos y máquinas, especialmente en las profesiones que requieren razonamiento, comunicación y coordinación. Sin embargo, Chris Meniw, CEO de Space Kids Foundation y cofundador de Humanversum, señala que la adopción de la inteligencia artificial está abriendo nuevas fronteras en varias industrias.
“Gracias a la fusión de lo físico, digital y biológico, varias industrias están impulsando su crecimiento. Tecnología, salud, comercio electrónico y fintech serán grandes generadores de empleo. La transformación digital es imparable y la personalización del consumo, especialmente en los sectores de la educación y la salud, dará un salto exponencial”.
El informe del Foro Económico Mundial también revela que el 75% de las empresas encuestadas planea adoptar la inteligencia artificial generativa en sus operaciones. Esta tendencia tiene el potencial de automatizar una amplia gama de tareas, lo que afectará sobre todo a cajeros, oficinistas, secretarias y contables.
Alejandro Melamed, consultor en recursos humanos y referente en el futuro del trabajo, considera que la digitalización no debe verse solo como una amenaza: “En realidad, prácticamente ninguna industria quedó al margen de la digitalización y de la inteligencia artificial: desde el entretenimiento, la salud, la industria automotriz, hasta el sector financiero. Hoy la pregunta no es si tenés inteligencia artificial, sino cómo la utilizás. Ya no importa si te dedicas a la medicina, la moda o la agricultura, todas están atravesadas por la digitalización. Lo importante es cómo te apalancas en la tecnología para potenciarte. La inteligencia artificial no solo reemplaza trabajos, también crea nuevas oportunidades en cada industria”.
Sin embargo, aquí la paradoja, las habilidades más demandadas serán esencialmente humanas, las conocidas como competencias “blandas”, con pensamiento creativo y pensamiento analítico a la cabeza. Si bien la alfabetización tecnológica y el manejo de herramientas de IA y big data ganan terreno, aún la búsqueda de los empleadores se orienta a capacidades como la curiosidad, la resiliencia, la flexibilidad y agilidad.
Según Melamed, se trata de habilidades que la inteligencia artificial, al menos por ahora, no puede reemplazar: “La demanda de pensamiento creativo y analítico está en auge porque son precisamente estos los aspectos a los que la tecnología no llega. Aunque la IA es desarrollada por humanos, no tiene las cualidades que nos hacen únicos. Por eso, vamos hacia un mundo mucho más humano, donde lo verdaderamente valioso será lo que provenga de las personas. En el futuro, lo humano será el lujo.”
Casi la mitad de las competencias de una persona, el 44%, deberán transformarse en los próximos años para adaptarse a los cambios en el mercado de trabajo, según el mismo informe. La velocidad a la que avanza la tecnología, sumada a las demandas del entorno laboral, exige que trabajadores de todos los sectores se preparen para un futuro incierto.
En especial, para los estudiantes de hoy, las capacidades analíticas, interpersonales y para interactuar con la tecnología serán fundamentales. Estas competencias generalistas, independientemente del campo elegido, serán clave para navegar con éxito en un mundo en constante transformación.
“La humanidad está ingresando a un experimento inédito a escala planetaria: nunca antes fuimos tantos, nunca antes estuvimos todos enlazados en una gran red global y nunca antes tuvimos tantos recursos a disposición. Sin embargo, nunca antes estuvimos tan desprovistos de instituciones y acuerdos de convivencia relevantes para la época”, aseguró en diálogo con Infobae Juan María Segura, consultor educativo y cofundador del ecosistema Área Beta.
Segura pone en el centro del debate la necesidad de actualizar el sistema educativo y es ello lo que revaloriza las habilidades cognitivas. “La necesidad imperiosa de comprender la nueva contemporaneidad y acordar nuevas pautas de convivencia es lo que impulsa la demanda de mayores dosis de pensamiento creativo y analítico. La IA se nos presenta como una herramienta poderosísima que deberemos domesticar,” señaló.
El reciclaje profesional ya se volvió un tema recurrente en las discusiones sobre el futuro del trabajo. La primera vez que se habló del tema fue en una publicación de la consultora McKinsey en 1997, que planteó la importancia creciente de las nuevas habilidades. Desde entonces, la actualización profesional se volvió un blanco móvil, con términos como “upskilling”, “reskilling” y “deskilling” que se convirtieron en habituales en las convenciones de empleo.
“Los adultos deben asumir la idea de que el aprendizaje ya no es una fase puntual, sino un proceso continuo. Hoy se puede trabajar en ese proceso permanente de adecuación profesional sin pagarle a nadie, sin moverse del hogar, accediendo a cualquier plataforma o repositorio digital. No hay excusas,” afirmó el especialista.
Para Melamed, hay seis “C” esenciales a desarrollar para mantenerse competitivo: conocimiento, curiosidad, creatividad, colaboración, convencimiento y comunicación. “Son las competencias necesarias para afrontar un futuro donde la cooperación y la construcción conjunta serán esenciales. Vivimos en la era de la ‘C’, de la colaboración, la cocreación y la cultura compartida”, expresó.
Mientras tanto, De Simone, advierte que más que enfocarse en pequeñas actualizaciones en las competencias, es fundamental implementar un modelo de aprendizaje permanente desde temprana edad. Crear una base sólida de habilidades para moldear profesionales versátiles que puedan saltar de un campo a otro sin tantas dificultades.
“Las habilidades blandas son cada vez más cruciales, especialmente la capacidad de trabajar en equipos complejos que, además de humanos, pueden incluir inteligencia artificial. Esto requiere un alto nivel de adaptabilidad. Aunque la especialización seguirá siendo relevante, es probable que los perfiles que puedan pensar a través de diversas disciplinas sean cada vez más demandados”, planteó.
Por su parte, Meniw cree que, a raíz de la vertiginosidad de los cambios, un profesional no puede esperar más de entre 3 y 5 años para actualizarse. “Esto es un problema en la región, donde no se puede cubrir el 47% de todos los puestos de trabajo debido a la falta de expertos. Algunas profesiones requerirán un reciclaje más frecuente, cada 1 o 2 años, sobre todo teniendo en cuenta que el conocimiento hoy se duplica cada 12 horas y en 2030 lo hará cada 12 minutos. Competencias transversales como el pensamiento crítico, la creatividad, la adaptabilidad y el aprendizaje continuo serán clave para surfear la ola”.
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