Paren el mundo que me quiero bajar

Columna de opinión

El hombre ha causado en menos de dos siglos, lo que la naturaleza construye en miles de años. Por Jorge Daneri (*)

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La inexistencia de políticas sobre adaptación al cambio climático en la mesopotamia sur, y por lo tanto en el País es más que grave. Digamos también que no existe de manera concertada en la Cuenca del Plata, salvo iniciales intentos vinculados a la protección de la diversidad biológica y cambio climático en humedales. Los últimos estudios e informes de ámbitos tan diversos, como el denominado en sus siglas en inglés, el IPCC de la Convención de Cambio Climático, de los equipos de especialistas de Gran Bretaña, o el reciente informe del Banco Mundial, o los más alarmantes sobre la utilización total de las actuales reservas de combustibles fósiles no las por descubrir, como en Entre Ríos y Argentina se quiere con el gas no convencional; todos indican que nos vamos más arriba de los dos grados de temperatura y podemos ya estar llegando para fines de éste Siglo, a los cuatro grados conforme hace pocos días el Banco Mundial anuncia en el documento citado. Una locura.
Cuando la política se ejecuta sobre un mundo ficticio que ignora lo expuesto o lo desconoce, no se apropia de ésta extremadamente delicada realidad, no es política, es cualquier otra cosa, porque no está conformando sus ideologías de gobierno y de oposición en función de servir al hombre ahora y hacia el por-venir.
El hombre ha causado en menos de dos Siglos, lo que la naturaleza construye en miles de años. Estamos cambiando o destuyendo la vida de la tierra y sus vidas, miles de ellas, además de la humana. Y el hombre, el poder institucional, no reacciona, lo ignora, mira el corto plazo, como estos gobiernos provinciales en la Mesopotamia sur, incapaces de volar un poco más allá y buscar una creatividad mayor para hacer algo, algo bueno, positivo.
La Constitución de Entre Ríos brinda muchos instrumentos para hacer política seriamente y de modo creativamente transversal y sinérgico. Pero el silencio es sorprendente y la pobreza de acciones aún más.
La Provincia debe desarrollar una política específica y central sobre cambio climático y adaptación. Ya en estas páginas hemos manifestado que existen diversos caminos en todas las competencias Ministeriales de la gestión pública. El acceso a los proyectos y sus fundamentos presentados en la Convención Constituyente (2008) sobre cambio climático, señala direcciones más que relevantes.
Existen documentos que no se deben volver a realizar, o contratar consultores amigos con altos honorarios para hacer algo más que pobre, cuando lo rico esta en la mesa ya servido. Simplemente se los debe estudiar y hacer, construir equipos de gestión, de gobierno, e ir hacia adelante. Un texto básico y medular es la Agenda 21 de la Eco 92 en Río de Janeiro, plataforma de acciones de gobierno, de lujo. No debemos inventar ninguna nueva rueda, ya está sobre la mesa del Señor Gobernador, de algunos legisladores serios que sí tenemos en Entre Ríos, aún.
Tantas leyes para desarrollar, tantas inversiones serias para una transición posible hacia la sustentabilidad. Y tanta irresponsabilidad, inoperancia y corrupción para no ver la realidad.
El señor Gobernador de Entre Ríos, por lo menos, debería exigir a cada área de gobierno, que en el plazo de pocos meses eleven propuestas adaptadas de sus políticas al proceso indiscutible de cambio climático que ya está produciéndose. Luego conformar un Plan propio y abrazar, integrar todas las sinergias posibles entre unas y otras. Es probable que el miedo a lo que se viene desde el proceso de cambio climático, pueda forzar para luego lograr en ésta dirigencia provincial y nacional, convicción y compromiso. Lo vigente no es una salida honorable, hacer más de lo mismo sobre la base de lo que ya ha fracasado en los denominado países desarrollados, responsables de llevar a la especie a ésta situación límite de un escenario de extinción, es ser un pobre cómplice de un genocidio anunciado.
La esperanza se la acompaña por otros caminos alternativos y de evolución positiva, no construyendo nuevas hidroeléctricas en los río Paraná y Uruguay, perforando acuíferos y contaminando los subsuelos, privatizando los deltas y sus puertos, simplificando el modelo agrario o autorizando a las multinacionales de la minería, los combustibles fósiles y el agronegocio a profundizar el saqueo de nuestros territorios y sus pueblos. La mesa del Señor Gobernador y los recintos del Poder Legislativo, tiene un camino expuesto y muy claro, en dos libros maravillosos, La Constitución de Entre Ríos y la Agenda 21.

(*) Jorge Daneri es abogado y ambientalista.